Hola, les brindo emociones y vivencias desde Gran Canaria, desde la costa africana.

De repente llegas a casa y sientes que no desconectas. Al pasear te tiemblan las piernas pero no entiendes qué te pasa.  Sólo puedes dormir 3 o 4 horas, y algo te dice dentro que tienes que estar alerta. Sientes que te han herido pero no ves la herida. Buscas explicación en ti, investigas en qué has podido fallar, qué es lo que has hecho mal hasta el punto de sentirte raro, que recibes miradas despectivas por no ser leal a tu jefe, cuando es un jefe estupendo.

Te sientes mal, y empiezas a sentir una soledad diaria en tu trabajo pero soportando un peso que sientes como crece. Esperas que te entiendan, que todo en algún momento va a parar, y sin embargo todo lo descrito aumenta.

Tu responsabilidad te dicta que tienes que ser fuerte, negar lo que te pasa tal como has mal aprendido pero tu cuerpo te marca una parada por emergencia. Comienzas a cometer errores y ello supone una auto-recriminación que implica poner en duda tus propias capacidades y que tu jefe puede que tenga razón: ” es que usted no trabaja, todo el mundo lo dice y sus compañeros por supuesto”. Jamás pensaste que pudiera haber personas dispuestas a diseñar errores en tu contra con los que poder atacarte y validar tu incompetencia. Escuchas como te pide que no te vayas la misma persona que te expedienta y te dice más tarde por qué no te marchas. Pasa también que esperando ingenuamente un apoyo de tus compañeros, escuchas como dicen: eres tú el que se excluye sólo, nuestro jefe es nuestro amigo, tienes una actitud infantil y un problema con la autoridad.

Una vez que dejas de esperar y despiertas, poco a poco vas descubriendo que no eres tú, es que tu valía inquieta a otros y refracta sus carencias. Aprendes que hay personas que hacen de eso, un repertorio de maldad diaria, que también eso se puede hacer con un tono tierno, pero perverso en el fondo.

Te das cuenta que han estado intentando minarte, robarte, asediarte, anularte desde actitudes depredadoras que jamás pensaste que existían.

Ten el convencimiento y la certeza que vas a salir de ahí, que saldrás llen@ de ti con una piel más real. Entiendes lo legítimo del miedo a la amenaza, no subestimarás la posibilidad del ser humano como capaz de bondad y de maldad….todo lo vivido se puede convertir en una nueva fuerza que te facilita crecer y tomar conciencia de tu raíz. Después del vacío toca el llenado.