Cada persona vive en su propio universo de amistades, de creencias, de formas de pensar, y responde a las normas que lo rigen.

Los acosadores, suelen haber crecido rodeados de una atmósfera falta de empatía, suelen haber sufrido la manipulación o el abuso en su infancia y, ya de mayores, consolidan sus relaciones más en el ámbito de las relaciones sociales que en el de la verdadera amistad o del amor. Tienen enormes intereses materiales y no responden a normas éticas o morales, aunque simulen respetarlas. Viven en un universo donde su ego constituye la medida de todas las cosas.

Es muy frecuente, por el contrario, que las personas acosadas vivan en otro universo por completo distinto. El suyo es un entorno donde la empatía tiene un papel muy importante, y donde las relaciones humanas son la base de su vida y también de su trabajo. En general, son bastante consecuentes con sus ideas y esto les da un cierto liderazgo entre sus relaciones y compañeros de trabajo.

El acosador vive en consonancia con su entorno. Es desconfiado, precavido y planifica fríamente sus actos.

Por el contario, sus víctimas disfrutan de la vida que basan en las emociones positivas y así viven confiadamente.

Pero en el Universo, con mayúsculas, lo cierto es que hay una inmensa diversidad de personas y circunstancias que en su conjunto lo enriquecen y completan.

Es necesario no engañarse e incorporar y aceptar, la certeza de que en nuestro mundo existen también personas que se aprovechan de los demás, que buscan el poder, el dominio, por cualquier procedimiento, incluso en la de la violencia psicológica; pues vivir en la idea de que estas personas no existen, o que no pueden tener influencia sobre nosotros o nuestro entorno, es falso. Sólo lo que se acepta puede ser integrado, y sólo aquello que hemos integrado en nuestro mundo puede ser combatido.

¿Cuál es tu universo?

¿Has incorporado a él todo tipo de personas y situaciones posibles?

¿Estableces los procedimientos adecuados para protegerte de quienes son potencialmente peligrosos?

No te conformes con un universo parcial, incorpora todo lo que realmente existe en él y así es como podrás empezar a anticipar nuevas circunstancias, incluso agresiones. Aparta de ti lo que no te guste, lo que no quieras compartir, pero no niegues ni su existencia ni su capacidad destructiva.

Acepta el verdadero Universo.