Realidad y virtualidadNo es fácil, sin ayuda externa, llegar a entender cómo se crea esa forma de estrés tan persistente, tan obsesiva, tan maligna, propia del hostigamiento. Pero sobre todo porque algo que no has vivido antes, no puede ser reconocido por ti. No puedes reconocer lo que no has conocido previamente.

Ya se, ya se que no está tu mente para estudiar en estos momentos. Que te falta capacidad de concentración y que lo que necesitas es ayuda; pero es que la ayuda en gran medida viene por el camino del entendimiento, de la racionalización. Por eso debes hacer un esfuerzo por entender los resortes que crean tu estrés. Entendiéndolos podrás integrarlos, y después luchar contra él.

Las situaciones de agresión te crean una huella emocional negativa, que con la gran carga de emocionalidad que llevan a aparejada, consiguen que más tarde, su recuerdo te genere los mismos síntomas que cuando se produjo la agresión. Es decir, sufres cuando se lleva a cabo la violencia sobre ti, pero vuelves a sufrir cuando tu mente, consciente o inconscientemente, recuerda los acontecimientos. Y si las agresiones son persistentes, las repeticiones mentales de ellas lo son más todavía.

Así se forma un carrusel de agresiones, unas reales y otras mentales, pero todas ellas dañinas. De esta forma va creciendo el estrés, que es la suma de todas ellas. La realidad y sus efectos negativos, se suman a la virtualidad de los recuerdos, que originan las mismas reacciones y con su repetición se llega a una situación de estrés máximo y sin descanso.

Sobre estos componentes de origen distinto del estrés, uno de origen real y otros de origen mental, tú tienes diferentes capacidades de actuación sobre ellos. En cuanto a las agresiones reales, ahora, en tu estado, es más difícil para ti llevar a cabo el control de sus efectos; sin embargo, en cuanto a los efectos de las repeticiones mentales sí que puedes hacer mucho más. ¿Cómo? Con técnicas de control mental. El desarrollo de estas técnicas sí que depende sólo de ti, por eso debes empezar a practicarlas cuanto antes. Son fundamentalmente dos, la técnica de la relajación del cuerpo, y una vez dominada esta, la técnica de la relajación de la mente.

Otro día comentaremos algo más sobre ellas, de momento es suficiente con que sepas que sí, que puedes trabajar para controlar ese estrés que padeces, y que con ese control progresivo empezarás a tener de nuevo periodos, cada vez más duraderos, de paz mental.