Vacía, como de ausencia de aire,
tu vida es.
Doliente, como en el tiempo presente,
la herida es.
Hay lágrimas visibles que humedecen tu piel,
hay lágrimas que caen dentro, y que no se ven.
Valiente, porque construyes tus días,
con lo que quedó de tu ser.
Paciente, porque esperaste de otros,
lo que no pudo ser
Hay momentos en la vida, de plena felicidad,
hay mojones, que el tiempo construye, donde se respira paz.
Pájaro de alas rotas, no te quedes allí,
a curar tus heridas al sol.
Camúflate, con el color de los árboles,
mimetízate, con el sonido y el aire.
Vuélvete inalcanzable, que desapercibido, también se vive,
y cuando estés plenamente recuperado, échate a volar.
AL SR. X Y A SUS SECUACES:
“Desgraciadamente formáis parte de mi vida. No sólo me habéis eliminado por completo, sino que también os habéis apropiado de mis pensamientos, de mi casa, mi familia. Veo tu cara, Sr. X, llena de asco y de desprecio. Bloqueas mis pensamientos. Me haces actuar de forma irracional. Me haces tener sentimientos contradictorios: rabia y al mismo tiempo pena. Es la primera vez en la vida en la que me ocurre algo contra lo que no puedo luchar y reaccionar adecuadamente. Fui tonta. No percibí desde un principio lo que estaba ocurriendo. Tu sonrisa encantadora, cuando dije que me iba, me hacía sentir culpable. Pensaba que todos los malos ratos se debían a mí, que eran jugarretas de mi mente. ¡Y me quedé! Dios, qué ciega que estaba. Dos semanas, exactamente dos semanas adoptaste tu personalidad encantadora. P iba a ser mi ayudante para que no me estresara con tanto trabajo. Pero lo cierto es que el trabajo no me estresaba. Al contrario, cuanto más trabajo y más tenía que correr, menos podía pensar. Alejaste de mi lado a los que me podían apoyar. Unos fueron despedidos sin previo aviso. Otros fueron trasladados en grupo a la oficina de abajo. ¿Quizás fuera sólo casualidad? “Ahora el Sr.X tiene a sus dos amadísimas secretarias, C y P, y a su “Gabrielita”, fue el comentario de una compañera.
Permaneciste unos días apartado, pero observando cualquier movimiento. Querías ignorar que la situación empeoraba con respecto a tus secuaces. La Sra. P, según tus palabras mi ayudante, en vez de ayudar, me mandaba más y más. Si en alguna ocasión le pedía de buena manera que me hiciera algo, ella se negaba: “no sé”. Estoy segura de que tú lo percibías pero no querías dar la cara. Quizás ya estabas tramando cómo seguir aniquilándome. Volviste a llamarme Grabiela, porque en su momento fui tan tonta de decirte que me dejaba llamar Gabi para evitar que me llamaran así. Tus burlas fueron cada vez más fuertes. Hiciste que cada vez mi miedo aumentara. Cada día cuando venía al trabajo pensaba: “¿Hoy que me espera?”
Quisiste enemistarme con tu colega y no podías aguantar mi buena relación con él. Alimentabas el odio con tus dos secretarias. El trío aniquilador.
Hoy, más de dos años fuera de ese infierno, sigues formando parte de mi existencia. Sigues aniquilándome. Me persigues. No consigo sacarte de mi cabeza. A veces te odio, otras siento pena, pues estás realmente enfermo. Eres un ser perverso, inseguro, envidioso que busca su seguridad dominando a tu víctima. Has conseguido tu objetivo conmigo y eso te hace sentir fuerte. Pero yo, Sr.X, tengo amigos, amigos de verdad. Tengo una familia unida que intenta apoyarme. Tengo unos terapeutas que me hacen comprender la realidad. Estoy rodeada de gente buena, que me hacen sentir protegida, que ponen todo su esfuerzo en ayudarme a salir de este pozo en el cual has conseguido meterme. Cada vez veo las cosas más claras. Por un lado duele mucho, pero por otro es necesario. ¡NO, SR. X, NO! No soy yo la loca, ni la tonta, ni la histérica, que nada hace bien. El problema real lo tienes tú”.
A MI YO:
“Abre tus ojos: fuiste tonta, cobarde, no te dabas cuenta lo que estaba ocurriendo aunque tenías la respuesta delante de tus ojos. Recuerda cuando llamaste a una hija de un amigo del Sr. X para que te sustituyera en la oficina. Ella te preguntó por el nombre de la misma e inmediatamente dijo que no le interesaba el puesto. Curioso, pero en aquel momento ni te abrió los ojos ni supiste reaccionar. Recuerda también que vino a una entrevista una joven de aspecto aniñado y dulce y tus primeros pensamientos fueron: “Se la van a comer aquí.” Comentaste que su nivel de alemán no era suficiente para que la descartaran como candidata. Tu reacción inconsciente de evitar que otra persona pasara por este infierno tampoco te hizo reaccionar y percatarte de lo que te estaban haciendo. Eras un muñeco de trapo vapuleado por un ser perverso y no te dabas cuenta. ¡TONTA! Tú, que siempre habías salido airosa de situaciones traumáticas y las habías superado sin problemas, esta vez no puedes. Sigues siendo el muñeco de trapo sometido. Y te vengas, pero no de él, sino de la comida. No soportas que la comida te domine. Ellos habrán podido pero a la comida la controlas y dominas tú. Quieres limpiar tu mente y tu cuerpo de toda la mierda y así te comportas, te purgas, dejas de comer y te sientes mejor, o mejor dicho, CREES que te sientes mejor. Vives en una lucha constante y agotadora. Callas y escondes tus emociones para no entristecer a tu familia y amigos y te esfuerzas en parecer contenta. A veces te resulta agobiante y temes perder tus fuerzas. Otras veces las pierdes realmente y lloras delante de tus compañeras y cuidadoras en el Hospital. Después te sientes francamente mal por haberles hecho pasar un mal rato. Bastante tienen ellas con sus problemas. Tienes mala conciencia. A veces crees que todo son jugarretas de tu mente. Te cuesta admitir la realidad. Necesitas recurrir a hechos para confirmar que eran reales. ¿Hasta cuándo? ¿Podrás volver a sentir la paz interior que tenías antaño?
SÍ, LO CONSEGUIRÁS. TIENES TODA LA AYUDA DISPONIBLE Y TU FUERZA RENACERÁ. OTROS LO HAN CONSEGUIDO. TÚ TAMBIÉN LO CONSEGUIRÁS”.
Bueno, en estas em encuentro. Veo que hay más gente que lo ha pasado mal y que lo sigue pasando mal.
He entrado en este blog buscando ayuda, porque mi situación se está volviendo insostenible en el trabajo.
Ya me han dicho que no busque porqués y que el enfermo es el acosador y que hay que aprender a relajarse y… un montón de ies, pero el caso es que el lunes tendré que volver y sigo sin saber ¿qué es lo próximo que me voy a encontrar? ni ¿qué voy a hacer? ni ¿cómo voy a controlar mis emociones? ni nada de nada…
De cualquier modo, seguiré aquí e intentaré exponer mis vivencias por si me/os sirven de algo.
Besos. Gracias. Cataratas